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Foto del escritorHumedalia A.C.

Mujeres indígenas íconos en la defensa del territorio

Con motivo del #DíaInternacionalDeLaMujerIndígena, enlistamos algunas mujeres mexicanas y latinoamericanas que han alzado la voz en la defensa de los territorios. A pesar de que en ocasiones les ha costado sangre, sudor, lágrimas e incluso la muerte, estas mujeres nos inspiran para encontrar un mañana que no las necesite porque todos los pueblos tengan justicia social, económica y ambiental.


Berta Cáceres

Berta Cácares

Fue una activista hondureña quien fue asesinada por un tiro en 2016. Tras haber sido amenazada por años por su activismo en contra de una represa que pondría en riesgo la tierra sagrada para los lencas. En vida ganó el premio Goldman, el más prestigioso galardón ambiental. Cofundó el COPINH (El Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras) para luchar por los derechos de los lencas. Su lucha socio-ambiental se centró en pelear contra de la privatización de los ríos y en contra de los proyectos de presas hidroeléctricas de inversores internacionales. Desde su muerte, su hija Berta Zúniga ha continuado el legado de justicia ambiental de su madre, enfrentando con valentía y activismo las continuas amenazas.


Máxima Acuña

Es una agricultora de subsistencia en las tierras altas del norte de Perú, quien ganó El premio Goldman por defender su tierra del mayor proyecto de extracción de oro de Sudamérica. Y es que en 2011 defendió su derecho a vivir pacíficamente de lo que proveía su propia tierra, una propiedad codiciada por Newmont y Buenaventura Mining para desarrollar la mina de oro y cobre Conga.


Una de las frases más célebres de Máxima Acuña nos recuerda que el valor de una persona no tiene relación con su preparación académica. A pesar de nunca haber tenido la oportunidad de ir a la escuela o aprender “ni una letra” y haber recibido golpes, intimidaciones y amenazas de muerte, ella comenta que jamás será derrotada porque "ella sabe resistir y luchar". Durante la década pasada, al menos 61 activistas han sido asesinados en Perú, con casi el 80% de las muertes relacionadas con la minería, lo que convierte al país en el quinto lugar más peligroso para ser un activista ambiental.


Rufina Edith Villa Hernández

Mujer indígena nahua defensora de derechos humanos, de la tierra, de la mujer indígena y el ambiente. Originaria de Cuetzalán del Progreso, Puebla, creó en 1985 la organización Masehual Siuamej Mosenyolchicauani, junto con otros habitantes de 6 comunidades del municipio, con el fin de vender sus artesanías a precios justos. Comenzaron también a enseñar a leer y escribir, y sobre todo a divulgar por primera vez el tema de los Derechos Humanos en sus comunidades. Más tarde abordaron temas de salud, cuidado del ambiente y cultura. Ya con el respaldo de diversas mujeres y comunidades del municipio, en 1995 decidió edificar un Hotel en la zona denominado Taselotzin, con la intención de generar empleo para los propios habitantes. Tras haberse enfrentado a muchas adversidades, hoy en día su proyecto está consolidado y afirma que, gracias a ello, ya no se meten con las mujeres y las respetan.


Irma Juan Carlos

Es una bióloga de origen indígena chinanteca originaria de Tuxtepec, Oaxaca. Actualmente es diputada por la LXIV Legislatura y presidenta de la Comisión de Pueblos Indígenas en el Congreso de la Unión. Uno de sus ejes de trabajo es la protección y conservación de recursos naturales de comunidades indígenas.


Ha fundado organizaciones para impulsar proyectos productivos de pueblos indígenas; pertenece a la Asociación Civil Sociedad en Movimiento por un Oaxaca Sustentable y a la Red interdisciplinaria de Investigadores de los Pueblos Indios de México.


Como diputada, presentó la iniciativa para reconocer el 5 de septiembre como el Día Nacional de la Mujer Indígena y la propuesta para que en el artículo 2º. Constitucional, se reconozca la consulta previa a las comunidades cuando el gobierno pretenda iniciar un proyecto que afecte sus derechos.


Oralia Ruano Lima

Originaria de Urlanta, una aldea en la región suroeste de Guatemala, es una de las primeras mujeres que se unió a un emprendimiento de apicultura en su comunidad indígena. En conjunto, ofrecen trabajos sostenibles e ingresos a sus comunidades rurales, y desafían los prejuicios y actitudes que afectan a las mujeres de su país. En 2017, a tan sólo un año de haber arrancado el proyecto, contaban con 53 colmenas que producen 150 botellas de piel en temporadas altas. Además, ofrece apoyo a proyectos similares en la región, a manera de que ellos puedan mejorar con la experiencia liderada por Oralia. Una de las principales razones de impulsar la apicultura en mujeres, fue notar un cambio de actitud en lo que se espera de una mujer de Urlanta, pues antes se quedaban en casa, mientras los hombres ganaban dinero y tomaban todas las decisiones. Ahora son las mujeres quienes tienen una voz en las reuniones de la comunidad, son ellas quienes generan nuevas fuentes de ingresos, nuevos trabajos y más atención mediática.


Guadalupe Martínez Pérez

Originaria de Tepeji del río, Hidalgo, es comunicadora y docente náhuatl. Desde 1993 ha sido locutora de radio bilingüe. Es coordinadora general de la Agencia de Noticias de Mujeres Indígenas y Afrodescendientes (Notimia)​ y de la Alianza de Mujeres Indígenas de México y Centroamérica. Ha destacado a nivel nacional e internacional por su labor en la difusión y defensa de los derechos de las mujeres indígenas.


En el 2019 participó en la 16ª sesión del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York.


Magdalena García Durán

Indígena mazahua, originaria de San Antonio Pueblo Nuevo, Estado de México. Es defensora de derechos humanos de indígenas en la Ciudad de México y activista de La Otra Campaña, iniciativa zapatista que en el 2006 recorrió el país. Ha fungido como concejal del Consejo Indígena de Gobierno del Congreso Nacional Indígena y reconocida por Amnistía Internacional como presa de conciencia.


El 4 de mayo del 2006 acudió al llamado del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) —en San Salvador Atenco y Texcoco— que se oponía a la construcción de un aeropuerto en sus tierras de cultivo. Fue detenida el 10 de mayo del mismo año acusada de secuestro equiparado de policías y ataques a las vías de comunicación. Estuvo encarcelada 18 meses hasta que fue liberada el 9 de noviembre de 2007 por falta de pruebas y sustento jurídico.


Bettina Cruz

Defensora de los derechos humanos en México e integrante de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio. Su lucha se ha enfocado en denunciar las malas prácticas de empresas multinacionales en la generación de energías que no se pueden considerar renovables. También es integrante del movimiento de Resistencia Civil contra las Altas Tarifas de Energía Eléctrica y de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México, que se compone de 168 mujeres defensoras de los derechos humanos y 95 organizaciones.


Ha conseguido suspender definitivamente dos parques eólicos, obtener el reconocimiento de tierras comunales y ha logrado obligar al gobierno a realizar consulta previa e informada. Lucila ha enfrentado significativas amenazas en su contra por su trabajo sobre derechos a la tierra y derechos de los pueblos indígenas, y también ha sido encarcelada en varias ocasiones.


Es una luchadora que está marcando el camino para que México sea un país más justo. Ella representa un cambio pacifista y progresista y su trabajo es crucial para lograr la Agenda 2030 para el Desarrollo Sustentable, específicamente en alineación con Igualdad de género (ODS 5) y Paz, justicia e instituciones sólidas (ODS 16). A través de su trabajo, siembra en niñas, adolescentes y jóvenes el deseo de defender las causas justas y que como indígenas deben respetarse, luchando día a día por esos derechos y alzar la voz ante la sociedad. Conjuntando así su labor por la ecología y la importancia de empresas sostenibles que verdaderamente tengan un impacto positivo a nivel ambiental, social y económico. Una mujer admirable y guerrera.


Martha Isabel Ruiz

Activista ambiental reconocida en toda América Latina. Ganadora de múltiples reconocimientos por su incansable labor de protección ecológica de la Sierra Gorda en el estado de Querétaro. Cofundó el Grupo Ecológico Sierra Gorda (GESG) en 1987 con ciudadanos locales para crear conciencia sobre la biodiversidad, las amenazas y el movimiento de base para construir un futuro regenerativo en la región. En 1997, el GESG consiguió el decreto como área protegida para la región, algo único en México, pues fue gestionado por la sociedad civil y fue nombrada directora federal de la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda, cargo que ostentó hasta el 2009 cuando regresó al timón del GESG.


Trabaja desde la sociedad civil para fomentar programas que sirven de puente con el gobierno y organismos internacionales, en líneas de trabajo de ecoturismo, desarrollo industrial sostenible y microempresas con equidad de género; así como programas educativos de prevención del cuidado del ambiente y las comunidades aledañas.


Actualmente es miembro de la Junta Directiva de Forest Trends (Washington DC, EUA) y Leaders pour la Paix (París, Francia). Entre sus galardones se el premio por liderazgo en la conservación en América Latina, el World Legacy Award (National Geographic, 2017), el reconocimiento en 2018 por la Organización Mundial de Turismo de Naciones Unidas gracias a su innovadora visión incluyente de las comunidades locales, el premio Campeón de la Tierra (PNUMA, 2013), y otros 37 premios nacionales e internacionales en donde todas las líneas de acción han sido reconocidas ampliamente.


Luna Marán

Cineasta, escritora, activista cultural en su comunidad de Guelatao de Juárez en Oaxaca. Cofundadora del Campamento Audiovisual Itinerante, Red de Cines Comunitarios Aquí Cine, Cine Too Lab y Brujazul. Todos estos proyectos comunitarios que buscan llevar la cultura y las artes audiovisuales a diversas comunidades serranas en el país.


En 2019 participó en el 17° Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) en el Foro Cineastas Indígenas mexicanas. ​ En el 2020, se abre la posibilidad a una nueva serie de conversatorios en el 18° FICM, los cuales llevan por nombre: Cineastas indígenas mexicanas: identidad y nuevas narrativas.


Su obra Tío Yim formó parte de la Muestra de Cineastas Indígenas Mexicanas del mismo festival. ​ Gracias a esto el trabajo de Luna se visibilizó en la televisión pública en la red de televisoras estatales y a través del Canal 22, entre otros.


También ha sido invitada al Encuentro Nuevas Realizadoras y Realizadores Indígenas, de la 15 edición del Festival Arica Nativa, de Chile. ​


Esta pensadora contemporánea cuestiona aspectos sobre el feminismo, el matrimonio y la comunidad. A través de actividades en redes sociales y cine (dirigiendo, fotografiando y produciendo cortometrajes y películas), expone las complejas condiciones de ser mujer y pertenecer a una comunidad indígena en este país.


Hermelinda Tiburcio

Trabajadora social y activista en Guerrero, pertenece a la organización Tierra de mujeres, en la lucha por mejorar las condiciones de vida de las mujeres pertenecientes a alguna comunidad indígena, en especial, de las que han sido víctimas de injusticias o violencia.


En 1997, Hermelinda se integró al “Movimiento Estatal del Consejo Guerrerense 500 años de Resistencia Indígena”, donde continuó su proceso de formación en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas.


Hermelinda fue la primera mujer mixteca que se pronunció públicamente sobre el tema de la violación sexual a mujeres indígenas en la región, cuando en 1999 expuso el caso de violación sexual a manos del ejército mexicano de dos mujeres, Victoriana Vázquez Sánchez y Francisca Santos Pablo, en Barrio Nuevo San José, Municipio de Tlacoachistlahuaca. A partir de ese momento, se dictaron órdenes de aprehensión contra ella por varios delitos, las cuales fueron retiradas en 2003, gracias a una demanda de amparo. En el mismo año logró que la atención médica al parto fuera gratuita en el estado de Guerrero, siendo pionera en esta iniciativa.


En 2007, Hermelinda fue nombrada presidenta del Fondo Regional Na savi. A.C., constituido cinco años antes con la colaboración monetaria de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). El Fondo fue creado con el ánimo de destinar recursos económicos a programas de apoyo a los derechos de la población indígena, sobre todo de las mujeres. Pero se dio cuenta de que los recursos se mal gastaban y eran robados, así que se plantó en contra de estos actos y empezó su labor como defensora y como era de esperarse, empezó a ser amenazada y en tres ocasiones han atentado contra su vida.


Actualmente, Hermelinda pertenece a la “Coordinadora Guerrerense de Mujeres Indígenas”, es integrante activa de la “Coordinadora Nacional de Mujeres” y de la organización “K’inal Antzetik” (Tierra de Mujeres en tzetzal), desde donde lucha y hace visible la situación de exclusión, violencia y discriminación que sufren las mujeres indígenas en México.


Hermelinda ha señalado “ soy consciente que cada día existe la posibilidad de morir, pero he decidido seguir soñando junto con los sueños de muchas de mis hermanas indígenas que viven esperando un México mejor, esperando que las instituciones de gobierno ejerzan con transparencia los recursos públicos, que las instituciones de impartición de justicia sean imparciales y justas, y que da su vida por sus hijos y por la generación futura. Porque abandonar mi lucha es abandonar mi sueño, de qué me serviría escaparme de la pobreza, la marginación, la ignorancia y el machismo, si yo como mujer, madre, esposa, hija, profesionista, indígena, ignorara lo que pasa en este país, ¿de qué me serviría estar viva?, si abandono mi lucha y mi sueño, mi cuerpo, mi ser, moriría en vida. Si el universo me diera la oportunidad de volver a nacer, haría lo que hago hoy”.


Con un firme propósito de prevención, realiza campañas de concientización sobre la violencia contra las mujeres, la falta de oportunidades de igualdad y el respeto a los derechos humanos.


“Arrancaron nuestros frutos, cortaron nuestras ramas, quemaron nuestro tronco, pero no pudieron matar nuestras raíces”

Y si después de conocer sus historias no te sientes inspirad@, no tenemos más que contarte.

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